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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Gracias

Programa emitido en diciembre de 2002

Dice el diccionario: Gracia. El nombre de uno. Usado eufemísticamente. Cuando éramos niños y nos preguntaban "¿Cuál es tu gracia?" solíamos responder haciendo una morisqueta.

Es una frase de uso corriente Gracias a dios o A dios gracias, Lacan dirá: Gracias a dios somos neuróticos. Dar gracias por lo hecho y por lo que hacen otros por nosotros. También caemos en des-gracias, caer en desgracias es estar alejados de la Gracia Divina… ¿Será que Dios se ha olvidado de nosotros?

Padre ¿porqué me has abandonado? Des-gracia de Cristo o nominamiento, esto es, por esa vía es consagrado hijo muerto para salvar al mundo. ¿Será que las des-gracias abren brechas, espacios agudos en el filo de los acontecimientos?

No se trata de sufrir, ser des-graciado o a-graciado para seducir al enemigo, para no ser muertos… Ahora, si la gracia es el nombre dado, si hacemos una gracia cuando hacemos una payasada para que los otros rían, entonces, ¿cuál es la gracia?, o sea, ¿qué es lo gracioso?

Si la gracia es lo gracioso, García, anagrama de gracia, García, el de la guía, será el privilegiado, ese que tiene el nombre del nombre, con una letra dada vuelta, o en otro orden, ese que se dibuja una sonrisa mientras llora para que otros rían.

Parece que el nombre que nos permite circular por la vida, con identidad, que nos nomina, nos dice quiénes somos y quiénes seremos, es el mismo que hace de nosotros el reaseguro de la diversión del gran Otro, ese que amamos incondicionalmente, que, si no nos mira, si no nos protege, nos hace caer en des-gracia… Es motivo de gracia saber que el más sometido, sumido en la necesidad de atrapar miradas, el amo, tiene el poder de dar la gracia… y el re-mate, el tiro de gracia para impedirnos salir del carrusel.

La singularidad, dice Hegel en su Fenomenología del espíritu, proviene de un radical desequilibrio.

Una es la conciencia independiente que tiene por esencia el ser para sí, otra es la conciencia dependiente cuya esencia es la vida, o ser para otro. La primera es señor, la segunda es siervo.

Si el ser para otro es la vida, el ser para sí es el territorio de donde proviene la independencia.

El individuo que no ha arriesgado la vida puede ser reconocido como persona (figura-máscara-orificio por el cual se habla) pero no ha alcanzado la verdad de este reconocimiento como autoconciencia independiente.

La singularidad de la soberanía, su unicidad, su individuación es, pues, el privilegio del que se asoma a la muerte porque soporta la vida. Un gran filósofo dijo Vivir es nacer a cada instante, lo malo es que muchos mueren sin haber nacido todavía. Saber de aniversarios es saber de la muerte. El que va a morir, es, en este sentido, el enemigo.

La pasión de supervivencia se amortigua, se cifra desde el comienzo.

Lo mismo que lo lleva por encima de los demás mortales convierte su vida en una contradicción.

(Freud)

Es la lógica misma de la posición: El reverso de un deber es un poder. Retomando poemas de Flores de Tamarindo va nuestro regalo para Jorge:

ese día me iré
sin quedarme
miraré con ojos
sin pasado
oleré las espinas
columna vertebral de los rosales
rosas secas
para lo eterno
alguna vez me iré
sin equipaje
pesado
dedos
de un exilio muerto
aún antes

Flor amar-i-lla

Eriales negros esperando ser, al menos, estepas.
Al menos, menos desierto.
Luz amoratada, encandilante, mortecina.
Principios doblegados de los días
o vastos universos.
Siderantes cortejos del derroche.
Absolutas re-ediciones del olvido.
Orfandad o
adopción.
Libertad
para volverse estatua de sal o marcha
con-jugada.

A veces, color-(h)ada

Cumplir años… cumplir con la palabra de darle a los años, la consistencia del propio paso, del propio estilo. Abarcador de palabras nuevas… para cumplir con ellas… Fiel a ello, el deseo para el nuevo… Los años no acumulan arrugas, suman misterio.

Cumplir años es cumplir con los años, es dar gracias, nombres a lo propio, es hacer traducción de deseos para dar gusto a las aborígenes palabras que labran nuestros demonios. Dice el poeta No envejecemos, nos disfrazamos para entrar en la muerte.

Flores de Tamarindo

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