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Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

La sexualidad y la noche van de la mano

Programa emitido en junio de 2003

Ciertos actos sintomáticos y otros diversos indicios me hicieron suponer que la niña, cuya alcoba comunicaba directamente con la de sus padres, había sorprendido alguna noche una escena de amor entre ellos, oyendo jadear a su padre, cuya respiración era ya habitualmente fatigosa, en la excitación del coito. En tales casos, los niños sospechan lo sexual en los ruidos inquietantes, pues integran ya, como mecanismos congénitos, los movimientos expresivos de la excitación sexual.

Sigmund Freud

Se ha dicho que:

la escena originaria es una escena de relación sexual entre los padres, observada o supuesta basándose en ciertos indicios y fantaseada por el niño. Éste la interpreta generalmente como un acto de violencia por parte del padre.

La palabra Urszenen (escenas originarias) aparece en un manuscrito de Freud del año 1897, para indicar ciertas experiencias infantiles traumatizantes organizadas en guiones, en escenas, sin que entonces se trate especialmente del coito parental.

En La interpretación de los sueños (Die Traurndeutung, 1900), aunque no se encuentre la noción de escena originaria, Freud subraya la importancia de la observación del coito parental como generador de angustia: Ya he explicado esta angustia indicando que se trata de una excitación sexual que [el niño] no es capaz de controlar mediante la comprensión y que sin duda es apartada porque los padres están implicados en ella.

La experiencia analítica conducirá a Freud a conceder una importancia creciente a la escena en que el niño se ve asistir a las relaciones sexuales de sus padres: es […] un elemento que raras veces falta en el conjunto de los fantasmas inconscientes que se pueden descubrir en todas las neurosis y probablemente en todos los niños. Forma parte de lo que Freud denomina las fantasías originarias (Urphantasien). En la Historia de una neurosis infantil (Aus der Geschichte einer infantilen Neurose, 1918) se describe la observación del coito parental con el nombre de escena originaria.

Basándose en este caso, Freud pone de relieve diferentes elementos: el coito es interpretado por el niño como una agresión del padre dentro de una relación sadomasoquista; provoca una excitación sexual en el niño al mismo tiempo que proporciona una base a la angustia de castración; es interpretado como coito anal en el marco de una teoría sexual infantil.

Añadamos que, según Ruth Mack Brunswick, […] la comprensión que el niño tiene del coito parental y el interés que le despierta se apoyan en sus propias experiencias corporales preedípicas con su madre y en los deseos que de ellas resultan.

¿Debemos ver en la escena originaria el recuerdo de un acontecimiento efectivamente vivido por el sujeto o un puro fantasma? Este problema, que fue objeto de una discusión de Freud con Jung y consigo mismo, es repetidamente tratado en la Historia de una neurosis infantil. Las respuestas que da Freud, por distintas que puedan parecer, se sitúan entre dos límites: en la primera redacción de la Historia de una neurosis infantil (1914), en la que Freud intenta demostrar la realidad de la escena originaria, subraya ya que sólo posteriormente (nachträglich) es comprendida e interpretada por el niño; y a la inversa, cuando acentúa lo que hay en ella de fantasías retroactivas (Zurückphantasieren), sostiene que lo real ha proporcionado por lo menos los indicios (ruido, coito animal, etc.).

Más allá de la discusión acerca de la parte que corresponde a lo real y a lo fantasmático en la escena originaria, lo que Freud parece considerar y desear mantener, especialmente contra las tesis de Jung, es la idea de que esta escena pertenece al pasado (ontogenético o filogenético) del individuo y constituye un acontecimiento que puede ser del orden del mito, pero que está ya allí, antes de toda significación aportada posteriormente.

Así, escenas de la noche que nos ligan a lo sexual más primario, más arcaico, más lejano… Sí, la sexualidad y la noche van de la mano… también, los modos de posicionarse frente a ellas, venidos de la oscuridad pasada y, quizás, no tan olvidada…

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