Contacto: Sede Belgrano. 11 de Septiembre 1071, Capital Federal. 011 4776 2797 | Sede Vicente López 011 152 459 0079

Unite a nuestro Facebook

© 2024

Opus

Departamento de cultura y eventos

Talum

Galería de arte de la Fundación CEP

Galería de arte de la Fundación CEP

Galería Marcel Duchamp

Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Poner la Alegría

Programa emitido en septiembre de 2002

Alegre, del latín vulgar ‘alicer’, genitivo (aplícase a lo que puede engendrar una cosa) ‘alecris’, clásico ‘alacer, -acris’. La traducción es: vivo, animado. Reza el diccionario de la real academia española: Alegría: grato y vivo movimiento del ánimo. Irresponsabilidad, ligereza.

Es interesante observar, como la convención nos guía hacía el padecimiento, estar alegre como ligereza, irresponsabilidad. Mi deseo para todos en esta primavera, primera verdad, renacer, posibilidad de nuevos comienzos, engendradora de vida.

Les recuerdo, ya lo ha dicho Jorge, que yo respeto profundamente la palabra escrita, cuidada, respecto al respeto a lo vital que nos entronca con el deseo, que nos enriquece y nos hace volar en el desuso de la libertad de las caricias. La voz acaricia el alma, es deseante, está viva.

Así como cuidamos nuestro aspecto, nuestro cuerpo para que huela bien, se
sienta suave al tacto, se vea fresco y con colores armoniosos, del mismo
modo que nos ejercitamos en la tarea de convertirnos en excelentes amantes,
para obtener del intercambio todo la dimensión sagrada del erotismo… porque
es sagrado, es sublime el erotismo del encuentro de dos. Decía que mi deseo, es que al finalizar la lectura de este texto, esos silenciosos amantes de la noche, misterio de lo desconocido, se hayan reencontrado con el deseo de desmantelar la tristeza, con la convicción de lo dudoso de su presencia, porque no hay que creerle a la tristeza , es una
trampa de lo mortífero.

"La vida siempre tiene ganas -decía un poeta amigo- sólo precisa tiempo". Si algo de un saber sobre la grandeza de alma que implica instaurar la alegría, es reconocido por uno sólo de los que escuchan, mi deseo se habrá cumplido satisfactoriamente.

Mi deseo para esta primavera, para todos, es alegría genuina, ingenua, adoptada, elegida.

Les advierto, la alegría afecta el cuerpo y es la más normal de las afecciones. La palabra alegría aparece por primera vez escrita en el año 1140… Alegría… alicer… Alicia… Alicia en el país de las maravillas. Tal vez, la maravilla sea ser como Alicia, que danza entrando y saliendo de ese mundo fantástico con la plasticidad que, hoy, si vemos bien, debemos decir, falta. Entonces, la frase consabida "sonreírse como un gato de Chesire" se puede transformar en el gato de una Duquesa… Y volvemos al juego exquisito de las palabras que los psicoanalistas… y los escritores, sabemos bien-jugar. El traductor de una versión castellana del libro ‘Alicia en el país de las maravillas’ nos dice: En el condado de Chesire, Inglaterra, se vendía antes queso moldeado en forma de un gato sonriente. Ese es el origen de la frase hoy corriente en inglés "sonreír como un gato de Cheshire", aplicado a quien sonríe mostrando bien las encías. Alicia conoce la frase, naturalmente, pero no su origen. Como es habitual en ella, lo materializa en un personaje del relato de su sueño.

Así, podemos jugar también nosotros, como Alicia, que, llena de malentendidos dialoga y avanza en su aventura. Sí, las palabras que nos curan, también, nos malentienden… Y, en ese modo de ser tan significadas, también, pueden hacernos la alegría.

Como han visto digo malentendido para decir alegría… En verdad, puedo decir cualquier cosa y decir alegría. Es decir, del malentendido, de esa ineludible condición del lenguaje, surge la vida, la animación… Porque de eso se trata, las palabras están animadas por múltiples significados… Entonces ¿por qué poner los de la tristeza, si podemos poner los de la alegría?

Será que la neurosis, mal de la época, si bien debemos aceptar que se trata del menos malo de los males de la época… Cabe aclarar, que neuróticos somos todos, decimos los psicoanalistas que gracias a Dios somos neuróticos. Esto, como todo dentro de nuestra
práctica, tiene más de una lectura, pero hoy, sólo vamos a hacer trato con la lectura al pie de la letra. Decía, la neurosis nos maniata a otras pasiones menos sanas.

Por ejemplo, la de la queja del bandoneón… digo '"tango nuestro que estás en Buenos Aires"… al que, cual obligación religiosa, pertenecemos. Entonces, vemos que, cierta melancolía espesa cubre el secreto, ese que dice que, allí mismo, en ese hueco, en esa duda de su exactitud significante, puede temblar otra razón…

La alegría no es el chiste. La alegría necesita del trabajo de deshacer la carga para permitirnos andar más livianos.

La alegría es el efecto de ese trabajo. Y el efecto del trabajo es el festejo, como el de hoy… ese que nos lleva a ciento uno, siento uno, al menos siento un cuerpo, siento otro que me toca y, aunque no consigue llenar plenamente ese vacío que padezco, me alegra el cuerpo y el alma porque siento uno.

Quería compartir con ustedes que Sigmund Freud, el creador del psicoanálisis, dicho sea y dicha sea de paso, murió un 23 de septiembre, hace 64 años. Murió en nuestra primavera y nos dejó la maravilla del renacer con las palabras.

Ocurre que recordar muertes que han dado tanto a la virtud de vivir… porque de eso se trata, de una virtud a considerar y a alimentar ese viejo y desconocido tema de vivir. Sigmund Freud relaciona la tristeza y la alegría con cuestiones de ética. Se trata de lugares que, como el dolor, interrogan la ética del sujeto. El melancólico tiene un fantasma moral, se trata de la culpa que se esconde en la morada de vivencias que nunca se comprenden y hacen del hombre un habitante de la no muerte, de la eternidad.

La necesidad de castigo inconsciente se encuentra adscripta a todo regocijo en alguna forma de tristeza. La culpa detrás, la tristeza, ese ensombrecimiento del yo.

La tristeza para el psicoanálisis, es un pecado. La filosofía dice que se trata de una falla moral. Tristeza, dolor, todos pecados, pasiones mortíferas que mortifican el alma.

Semana fecunda, ésta, en este espacio. Los temas tratados fueron señales que nos han guiado hasta el siento uno, hasta el sentir.

Comenzó la semana con: Poner las palabras, palabras del alma. Luego poner el corazón, el alma, pero no para que se rompa, o la rompan, sino para ponerla en el trabajo forzado con la vida, esa que saboteamos día a día. También se habló de poner el cuerpo preñado de alma.

Así, todo reunido en la medida justa, crea un cocktail mortal, mortal porque intenta matar lo prematuro de la muerte, que es la enfermedad, ese abandono de la vida, decía que, de ese cocktail, surge la alegría.

Alegría del bien decir, del bien hacer, de ese cuerpo que tiembla, en éxtasis. Desde este lugar es posible ese éxtasis, éxtasis que no reclama bastones, léase estimulantes para acontecer.

Freud relaciona la alegría con la fiesta, dice que se trata de un exceso permitido y ordenado, una violación solemne de la prohibición.

Cuanta más alegría, mas violación de la prohibición para un goce que no sea mortífero, que no nos arrastre al dolor, a la tristeza, a la muerte prematura, a la confusión, al caos residual, a la búsqueda de ortopedias para el descanso.

Drogas para dormir, para despertar, para gozar, para… en suma, simular vivir. Porque la vida no se soporta, no se puede portar sobre los hombros humanos fácilmente.

Vivir es un acto creativo.

En toda fiesta se trata de una identificación del individuo con el lazo social, participación en un común simbólico entre los miembros de la comunidad. Pero en toda fiesta el pecado acecha, esa culpa inconsciente… dice la religión: pecado original compartido por todos. Esa culpa inconsciente lleva al sacrificio, al pecado del dolor, al pecado de la tristeza, a la amargura… amargo sabor amenazante en el recurso de los estimulantes que rompen el alma, pretendiendo suturar las heridas que no cierran. Todo amenaza con convertirse en una orgía. No fiesta, esto es, no fasta, sino nefasta, opuesta, del lado de un intento de olvidar el olvido, del castigo que acecha.

En términos más cotidianos, se trata de esos sentimientos que al mirar hacia el interior del alma, aquejan aturden, quién no tiene ese sentimiento de culpa latente, poco clara o poco esclarecida, oculta?

Todo gesto confuso del alma, amarga lo festivo y lo convierte en nefasto. Los psicoanalistas decimos que cuanta más alegría, más psicoanálisis, menos pecado del alma.

La alegría es uno de los sentimientos más normales.

Alegría no es sinónimo de manía, de exaltación… que la más de las veces termina en violencia. Alegría para qué? Para la caricia? Para la pasión?

Continuando con esta deliciosa manera de hacer lazo con quienes, en principio, no tienen rostro ni nombre y que son los oyentes de este espacio de la noche… decimos que, sin las palabras, puestas en esta franja oscura, íntima, mágica… no podríamos tocarnos.

Si no pusiéramos palabras para decir de esta manera de presencia… Si no pusiéramos palabras para sentir o di-sentir… (tal como queda dicho, 'di-sentir': 'sentir de a dos')… no podríamos abrazarnos, tocarnos, hacer el amor… Como dijo Lacan 'Hacer el amor es eso. Hacer poesía'.

Y, a partir de allí, de ellas, las procaces, las tiernas, las enojosas, las ambiguas, las plenas… hay más de nosotros puesto en juego. Para un juego fecundo que lanza su flecha y no puede, de ninguna manera, dejar de dar en el blanco, modificando lo que atraviesa.

Poner en palabras la alegría, poner las palabras para la alegría, poner con palabras… para poner-se… para estar, para habitar ese espacio imposible de la comunicación exacta, del abrazo eterno…

Poner palabras, para sumar alegría (se acuerdan de la Perinola? Todos ponen?)… Poner palabras para sumar-nos, sumar nuestro son, nuestro ser…

Para sumar… en estos tiempos, un contacto menos doloroso (por silencioso), menos cruel (por imaginario)… Para sumar ‘reales' contactos… Para con-sentir en ese siento uno.

Alegría en este gesto de verdad, en esta prima verdad.

Volver

CONTACTO+SEDES | © Copyright 2000-2024 Fundación C.E.P. Todos los derechos reservados

Diseño + programación Oxlab