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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Relaciones humanas

Programa emitido en octubre de 2002

Relaciones humanas… Cuánto para decir respecto de este tema! Y desde cuántos lugares! Como psicoanalistas, vamos a optar por decir desde las profundidades. De hecho, así comenzó a llamarse la Psicología, a partir del descubrimiento freudiano… Psicología de las Profundidades. Este descubrimiento, nos referimos al bautismo dador de nombre de lo que nos gobierna: lo Inconsciente, ha hecho que fuéramos a buscar allí, lo que se des-echa, lo que se considera un error sin importancia, lo que parece que es sin ton ni son…

Pero, hoy, lo sabemos… hay ton y hay son. Hay un son… son-ido que hay que ir a buscar. Para que nos termine de decir quiénes somos, por qué hacemos lo que hacemos, por qué elegimos lo que elegimos… Ese son-ido es una voz que, en realidad, no se ha ido. Es un fantasma siempre presente que queda diciendo de nuestro destino. Eso sí, dicho en un idioma que se precia de indescifrable, también, de despreciable. (Esto queda claro cuando, luego de un lapsus, el sujeto echa mano de ese rápido modo de explicación: No, no es eso lo que quise decir, sino…) Así, rebuscando en la palabra dicha al pasar, en el gesto involuntario, nos hacemos de un saber que se nos vuelve tesoro a esta luz.

Entonces, las relaciones humanas, es decir esos juegos donde son, por lo menos dos, los que actúan, tampoco pueden ser miradas fuera de esta luz…si se quiere saber de ellas. Hay ejemplos… padres e hijos, parejas, amigos… Nadie queda fuera de la convocatoria. Los seres humanos carecemos de instinto gregario, sólo nos relacionamos por necesidades de supervivencia. Sin ser seres gregarios, nos construimos el serlo. Parece existir un factor decisivo en las relaciones humanas, ciertas conductas pro-sociales de los miembros de un grupo, esto es, sus normas culturales. Entendiendo por normas una serie de reglas o principios generales que regulan las conductas de todos los miembros de una sociedad, producto del pasado cultural y del presente ideológico de cada comunidad, normas o reglas de la equidad y de la responsabilidad social.

Por ejemplo, el concepto de dignidad nos remite a la DECLARACION UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. Esto es: toda persona, por el hecho de pertenecer a la especie humana, merece dignidad, consideración positiva, honor y respeto. Valor independiente de los logros o resultados conseguidos o de la eficacia y rendimiento de su actividad. Este derecho de los seres humanos, hoy aceptado como evidente, ha padecido una larga, costosa historia en la evolución de la humanidad. Todos sabemos que esto es cierto sólo a nivel teórico, en la vida real, este derecho es pisoteado permanentemente.

En nuestra sociedad es fácil ubicar situaciones sociales y políticas que ponen en evidencia la insuficiencia de relaciones pro-sociales efectivas y de respeto a los derechos humanos. En nuestros círculos de relaciones interpersonales, tampoco se dan los requisitos para alimentar y mantener dicho valor de modo continuado y estable. Sabemos, de forma incuestionable, que las relaciones interpersonales, pudiendo ser vehículo privilegiado de la dignidad y autoestima recíprocas entre los seres humanos, sólo producen, por el malentendido propio de la comunicación, indiferencia, rechazo, violencia y fundamentalmente disminución de la autoestima, siendo esto último el caldo de cultivo de toda trastorno en la conducta de las personas implicadas en lo vincular.

Un sujeto que ha sido, de niño, aceptado y amado por sus padres tiene margen en su capacidad y tolerancia de aceptar la dignidad del otro, a partir, precisamente, de su propia experiencia de autodescentramiento. La dignidad, como postura humana en las relaciones, es producto del amor recibido, sólo es digno quien ha sido amado por sus padres, en caso de ausencia o discapacidad de éstos, otras personas pueden cumplir roles reparadores y llevar al sujeto a la noción de que todos debemos ser respetados y tratados con amabilidad por los demás. El concepto multívoco de dignidad, en el terreno específicamente psicológico, se relaciona muy bien con la autoestima cuando se refiere al propio individuo. Por extensión, podemos denominar heteroestima lo que se refiere a los demás, este último es un término muy poco utilizado en la literatura científica.

Por ejemplo, con todo el impacto que la adicción genera sobre la dinámica familiar, los miembros de esas familias van enfermando progresivamente de co-dependencia, esto también es producto de las relaciones humanas preñadas de malentendidos pero de inevitables consecuencias positivas y negativas. Esto se traduce en una inversión de gran cantidad de tiempo y energía en la actuación de roles, cuyo objetivo es el de proveer de mecanismos de defensa para disminuir la ansiedad y el temor y dar la sensación de estar haciendo algo para acercarse al otro, el resultado final es que la distancia se fortalece más aún.

A partir de este ineludible modo se traman las acciones de un sujeto. Así, criada la bella, sin un decir de su belleza, nada habrá que la compense de su fealdad. Así, tildado, el feo, de hermoso, será como el oso… atractivo por siempre. Y es, con esa profunda marca, con ese decir que sostiene al sujeto, que éste va al mundo… a provocar y a ser provocado… a relacionarse…

Hace unas semanas, decíamos de los dichos populares… Hoy, podríamos rescatar uno: Dios los cría y ellos se juntan. El Padre los nombra y ellos se comportan como fieles hijos responsables de ser portadores de Su palabra. Hijos de las palabras, vamos con ellas a nuestro mundo. Sí, nuestro mundo … porque habrá una parte siempre ajena, por siempre separada… hasta que se la habilite desde la fundación de su existencia. Desde su nombramiento…

Mientras nada se sabe del goce que produce el padecimiento de un terreno diminuto, nada se podrá en contra de él. Mientras no se pueda ver la cara del enemigo no se podrá, contra él, batallar. Esto, para decir que, en las relaciones humanas, se trata no sólo de lo que se piensa, se dice, se hace, sino también de aquello que, desde esa marca invisible, pensamos, decimos, hacemos… Cuántas veces, queriendo escapar, nos hemos visto dirigirnos directamente al centro de lo no buscado…

Olvidado latifundio, el Inconsciente, productor de deberes, hacedor de destinos… El diccionario, en una de sus acepciones, dice que relación es trato. Y un trato es un ajuste o convenio. Tal vez, entonces, debamos conocer a las partes para saber si las cláusulas, todas ellas (hasta las de la letra chiquita), son realmente convenientes … o nos están ajustando a un mundo demasiado pequeño…

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