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Análisis del film: La habitación del hijo

Alejandra Palacios, Diego Peñalva

El hijo muere ahogado, atrapado en una gruta en las profundidades del mar, buceando.

El hijo es el falo. Lo demuestra con el robo, haciendo alusión a que lo es. Robo que llamó la atención, que lo puso en escena

El acto de demostrar ser el falo, a través de este robo, el del fósil, queda encubierto por el hijo ante el padre. Queda encubierto solo para aquel que amenaza peligrar su ser falo para la madre. Solo después de la muerte del hijo, el padre se entera que él cometió el acto.

Lacan dice: Lo que busca el niño es hacerse deseo de deseo, poder satisfacer el deseo de la madre (…) Para gustarle a la madre (…) es necesario ser el falo

El padre del film no aparece como aquel que priva a la madre del objeto fálico, es decir, del hijo-falo. Este padre decide su ausencia. No interviene su presencia en el acto que su hijo llevó a cabo, acto que lo sitúa como falo, objeto deseante de la madre.

Más aún, su inconsistencia demostrada en su querer conciliar con la madre sus decisiones está delatando su complicidad y su postura de no intervenir como padre castrador, habilitando de esta manera el incesto y, en referencia a lo expuesto en la Ley Manu, haciendo que la muerte del hijo sobrevenga.

La actividad de psicoanalista, en este caso, aparece como el escondite de este padre, se esconde en vez de intervenir. No interviene en la tarea, tampoco en su vida privada. Queda demostrado, también, por la débil o nula transferencia que se instaura entre él y sus pacientes. El padre deja la tarea una vez muerto el hijo, donde intervenir no es preponderante.

En su vida privada él queda cautivado por la relación de su esposa e hijo, podríamos suponer su propio Edipo no resuelto, haciendo que se paralice en su accionar. Habiendo quedado fijado en esta etapa y sin haberse enfrentado con un padre castrador-deseante queda sin posibilidades de tener el falo, tarea del padre, padre simbólico.

La Dra. Eva Puente dice: El complejo de castración incide y según Lacan se llama de ese modo porque plantea la necesaria conclusión que para tenerlo primero tiene que haber estado la imposibilidad de tenerlo esta posibilidad de ser castrado es esencial para asumir el hecho de tener falo. Este es el paso que hay que dar, es aquí donde debe intervenir, en algún momento, eficazmente, el padre

No hay padre en la historia del film. No existió castración, ni en la historia de ese hijo ni en la de ese padre. El hijo muere ahogado, atrapado en una gruta en las profundidades del mar, buceando.

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