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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Por la vida

Programa emitido en septiembre de 2003

La vida, comienza en algunas culturas, antes que la cultura misma. Siendo la fuente del saber…

El Canto de la Creación

Cuando arriba el cielo aún no tenía nombre, cuando abajo lo firme nombre aún no llevaba, Apsu, el primero, su progenitor, Mummu y Tiamat, que a todos los había generado, entremezclaban aún sus aguas, cuando no se habían aún compuesto los matorrales ni era conocida la caña, cuando los dioses no habían llegado aún a la existencia, ni ellos aún no habían sido denominados con nombres, ni los destinos se habían cuajado, entonces de medio de ellos fueron formados los dioses.

Enuma Elish, tabla I

Así, la vida es causa y consecuencia… Y los hombres… Ah! Los hombres, padecientes neuróticos o extravagantes poetas, definen qué hacer con ella en cada momento de su paso… Pero, antes de todo, antes de la decisión de la marcha, antes de la mirada, está lalengua… Sí, así escrita… como escrita queda en los pliegues del alma, en lo real del cuerpo… esa lengua materna que aqueja al individuo de sus deseos, que le instala las ortopédicas maneras de vagar… sin errar…

Y luego, esa trabajosa manera de separar y reunir bajo otras dimensiones… la palabra del padre… esa palabra que bautiza, que nombra… que hace las leyendas, los mitos, las novelas familiares, también… Y, dentro de los mitos, por ejemplo, éste:

Vidar, El Dios Silencioso

Los gigantes de hielo eran terribles enemigos de los grandes dioses, los Ases. Mas no todos los gigantes odiaban a los dioses. Algunos los ignoraban, y otros incluso les eran favorables. Entre éstos últimos se encontraba la giganta Grid, cuyo nombre significa paz, y que en varias ocasiones ayudó a Thor a vencer a sus enemigos.

Con Grid, Odín tuvo un hijo, que fue llamado Vidar. Solamente Thor es superior a él en fuerza, y los dioses confían plenamente en él en las situaciones peligrosas y escuchan sus consejos, aunque casi nunca habla en la asamblea de los dioses. Su silencio es su principal cualidad, pues es el más discreto de los dioses. Cuando habla todos lo escuchan, pues sus palabras nunca son superfluas. Habita en Vali, que es su morada en Asgard, aunque prefiere viajar por los bosques salvajes.

Aegir, dios marino, había ordenado preparar una fiesta en su casa, e invitó a todos los dioses, excepto a Loki. Este último se presentó de todas maneras, y pronunció frases agudas e hirientes contra los presentes. Mas Vidar se levantó en silencio de su asiento y lo cedió a Loki, y fue el único que no fue atacado con las palabras del perverso intruso.

Vidar no es llamado el Silencioso solamente por su discreción, sino también por representar las tierras salvajes, los bosques que no han sido mancillados por el hombre, donde no se ha oído la voz humana ni los golpes de un hacha. Su espíritu es el del bosque salvaje donde incluso las palabras pierden su significado; por eso no tolera la falsedad ni las palabras inútiles.

Vidar posee un fuerte zapato, regalo de su madre Grid. Está hecho con las piezas que los zapateros cortan al fabricar calzado, y con las esquirlas de metal desechadas por los herreros. Durante el Ocaso de los Dioses, será Vidar quien vengue a Odín, quien será devorado por el lobo Fenrir. Vidar colocará su zapato en la mandíbula inferior de la fiera, y elevará la superior hasta romperle el cuello al animal. Por esto es también llamado el vengador de los dioses.

Tras la batalla, la Tierra será regenerada y Vidar, como el bosque invencible e insondable, como los terrenos salvajes de la Tierra, será uno de los que sobrevivan para gobernar. Las paradojas reinarán siempre en el territorio de lo humano… Lo salvaje sin nombre o lo nombrado y civilizado por el humano… Pero, también, hay el mundo más allá de las dicotomías que dejan preso… y está habitado por las palabras de la enunciación… del deseo propio… del ritmo que hace juego con el movimiento más íntimo e incesante del propio corazón…

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