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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

La adultez, el crecimiento…

Programa emitido en diciembre de 2002

Adolescente: del latín adolescens, hombre joven, participio activo de adolescere, crecer. Derivados: Adolescencia, de adolescentia, juventud. Adulto, de adultus, participio pasivo del propio verbo adolescere.

Haciendo un poco de teoría, podemos decir que, desde el punto de vista evolutivo, lo que llamamos adolescencia se divide en tres etapas que a los fines teóricos se diferencian:

  • Pubertad
  • Adolescencia propiamente dicha
  • Fin de la adolescencia o Primera juventud

La pubertad, desde lo social, varía según las épocas y los lugares geográficos. Se la sitúa entre los 11 y los 14 años. Pubertad procede del latín pubes que significa pelo. La aparición del vello pubiano, axilar y en las mejillas de los varones, es uno de sus signos.

Al terminar la pubertad el joven es núbil. Núbil significa en edad de procrear. La edad varía según las épocas. Antiguamente se producían matrimonios entre niños no púberes, aguardaban años sin verse, se reencontraban ya en edad de procrear.

En Africa hay matrimonios entre jóvenes de 12-13 años. En la edad media una mujer de 20 años ya tenía 3 o 4 hijos. Esto ocurría porque la vida era más corta y la vida conyugal comenzaba antes, en especial para las niñas.

Todo sucede bajo el efecto de las hormonas. En ellos, cambio de voz, ajena, desconocida, sensación de que no la puede manejar. Emite sonidos curiosos. Aparición de bigote y barba, llega el uso de las afeitadoras. Las erecciones que suceden a menudo durante el sueño, en esta época, no son necesariamente producto del deseo amoroso, se trata de una cuestión ligada a las hormonas. Actividad masturbatoria, propia de esta época.

En ellas, las primeras menstruaciones. Al aparecer la menstruación el cuerpo cambia, los senos crecen, crecen las caderas, crecen las nalgas y también cambia el metabolismo, esto produce en esta etapa casos de anorexia y bulimia. La anorexia es el temor a engordar, a convertirse en mujer, a la sexualidad naciente. La anorexia es la no ingesta de alimentos. La bulimia es todo lo contrario, esto es, comer todo sin tener hambre, vacío que no se llena, lo perdido deja espacio que lo nuevo no puede llenar. Son momentos alternativos.

Se produce un desajuste entre el cuerpo anatómico y el esquema corporal, esto es, entre lo que ha cambiado y realmente ven los ojos de los otros y la imagen de sí que se tiene internalizada.

Imagen producto de los ideales estéticos de la época, reñidos con lo que, a sus ojos, el espejo les devuelve. Pensamiento lógico-concreto, esto significa que no piensa sobre ideas, necesidad de concreciones inmediatas. Imaginación ilusoria. Parejas intercambiables, promiscuidad avalada por el grupo. Ansiedades homosexuales y aprendizaje heterosexual. Crisis familiar. Ritos de iniciación. Protesta, agresión, temores.

La adolescencia propiamente dicha, se sitúa entre los 15 y 18 años. Nueva meta sexual, subordinación a lo genital. Renuncia a la bisexualidad. El conflicto con el cuerpo disminuye. Las pérdidas comienzan a aceptarse, tristeza. El pensamiento es lógico-formal, reflexión, teorías. Capacidad de asombro. Imaginación creativa, no sólo hipótesis.

Grupos más abiertos. Relaciones más personales. La Primera Juventud o fin de la adolescencia, el conflicto está relacionado con las realizaciones personales y sociales. Logro de la identidad… ser diferente y semejante a la vez. Creciente coherencia en las relaciones, reconocimiento y reciprocidad. Resolución de confusiones en la identidad sexual. Mayor intimidad y capacidad de respuesta sexual. Encuentro con el propio cuerpo. Grupos más comunitarios. Capacidad de pareja, aceptación del otro. Autonomía física e intelectual. Entrada a la universidad o al trabajo social.

¿Cuántos adultos pueden decir que han superado estas etapas y se comportan efectivamente de modo libre y autónomo? Así, la sorpresa de la escena que dice que no es más que una diferencia leve de la misma moneda, la de moverse en razón de llegar al mayor crecimiento. Actividad y pasividad del mismo dolor, compañía de todo cambio.

Abrazados quedan, entonces, crecer y adolecer, crecer y padecer, crecer y saber que algo falta. ¿Será por ello que resulta difícil y poco frecuente?

Sí, irónica y demandante, la palabra nos enfrenta con la cosa, ese hueco, ese defecto de nombramiento. Gestor de todo lo demás, ese desplazamiento, nos hace buscar.

Ese dolor amotinado nos hace pre-tender, tender hacia el supuesto lugar de la calma, de la inestimable presencia de. Sí, esa ausencia original que no hace la plena satisfacción, sigue siendo causa y cauce. Sigue siendo, motor y marcha. Y, frente a ello, las reacciones son di-versas… versos sugestivos como la alegría de Peter Pan, al darle espalda a los pasos… y anclarse en su país de Nunca Jamás. Consuelo tácito para el que no quiere duelar, no quiere el dolor de atravesar, el de dejar de con-dolerse. Consuelo obligado por los breves patrones del movimiento.

Llegar a la adultez, para el psicoanálisis, puede decirse de muchas maneras: dejar de ser niño -perverso polimorfo-, haber accedido a la genitalidad, saber hacer con eso
Pero, de todos los modos en que pueda decirse, siempre se tratará de alcanzar algo de ese más allá donde suceden las vidas anchas y orgullosas de haber hecho… y todavía faltar…

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