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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Poder enriquecerse…

Programa emitido en abril de 2003

Nos enseña la Real academia Española:

Riqueza (de rico): 1. Calidad de rico. 2. Abundancia de bienes. 3. Abundancia relativa de cualquier cosa: ~ de anécdotas. 4. Copia de cualidades o atributos excelentes.

Rico (adj.): 1. acomodado, adinerado, acaudalado*, pudiente, potentado, opulento, hacendado, capitalista, burgués*, plutócrata. Todos se refieren a personas; rico y opulento, a personas, colectividades, países, etc.: una ciudad rica, opulenta. 2. abundante, opulento*, pingüe, copioso, exuberante. 3. gustoso*, sabroso, apetitoso, exquisito, excelente, sustancioso, jugoso, carnoso.

Enriquecer: 1.tr. Hacer rica a una persona, comarca, nación, fábrica, industria u otra cosa. U. m. c. prnl. 2.tr. Aumentar en una mezcla la proporción de uno de sus componentes. Uranio enriquecido. Alimentos enriquecidos con vitaminas. 3.tr. Adornar, engrandecer. 4 intr. Dicho de una persona, de un país, de una empresa, etc.: Prosperar notablemente. U. m. c. prnl. morfología. conjug. c. agradecer

¿Cómo definir la riqueza? Parece sencillo, pero no lo es tanto cuando hay que expresarlo en una frase. Hay un concepto que es la riqueza de las naciones y que fue elaborado por el histórico economista Adam Smith. El afirmó que:

el origen de la riqueza proviene del trabajo de la nación, que será tanto más productivo cuanta mayor división del trabajo exista; ésta depende, a su vez, de la dimensión del mercado; y ésta, de los precios

Para una mayor comprensión de esta definición, vamos a tomar cada palabra por separado: La división del trabajo es un concepto que resume la idea de conseguir una mayor productividad a base de especializar a los trabajadores en partes u operaciones concretas del proceso de producción. Por ejemplo, la especialización de los obreros de una cadena de montaje. El mercado se divide en varias categorías según el número de ofertantes: puede ser de competencia perfecta –cuando son muchos–, de duopolio –si son dos–, oligopolio –pocos– o monopolio –uno solo–. En la economía de mercado, los cambios en los precios constituyen el mecanismo básico que rige la asignación de recursos; es decir, la aplicación de recursos a una determinada finalidad económica.

Adam Smith es considerado el padre de la ciencia económica y fundador de la llamada escuela clásica. Nació en Escocia, en 1725, y murió en 1790. Durante mucho tiempo ocupó la cátedra de Filosofía de la Universidad de Edimburgo, pero sobre todo se le conoce por la obra a la que dedicó 12 años de su vida, La riqueza de las naciones. Publicada en 1776, está considerada como el fundamento de la economía moderna, porque defiende el principio de división del trabajo y libertad de comercio. Smith pensaba que la satisfacción del propio interés individual, limitado por el de los demás, es el mejor medio para conseguir el mayor beneficio para el mayor número de gente. Sin embargo, Smith apoyó la intervención del Estado en materia de justicia, educación, salud y todas aquellas empresas que la iniciativa privada fuese incapaz de abordar.

Alguien dijo que el trabajo se reduce al tiempo de existencia, cuyo auto–sostenimiento representa a su vez la superación de cierta suma de dificultades de la alimentación y de la vida. Es una circunstancia importante la de que de hecho se haya dado en general el dominio de la naturaleza por la del hombre [¿Qué querrá decir que se ha dado un dominio en general?] La explotación de la propiedad de la tierra en zonas grandes no se ha realizado nunca y en ningún lugar sin un previo sometimiento del hombre a algún tipo de trabajo esclavo o servil. La instauración de un dominio económico sobre las cosas ha tenido como presupuesto el dominio político, social y económico del hombre sobre el hombre.

¿Cómo podría imaginarse a un gran propietario de la tierra sin incluir en la imagen todo su señorío sobre esclavos, siervos u hombres indirectamente sometidos? ¿Qué podría y qué puede significar para un extenso cultivo de los campos la fuerza de un solo individuo, a lo sumo ayudada por la de la familia? La explotación de la tierra, o la extensión del dominio económico sobre la misma, en unas dimensiones que rebasen las fuerzas naturales del individuo, no ha sido posible hasta ahora en la historia más que por la introducción del correspondiente sometimiento del hombre, antes o al mismo tiempo que se establecía ese dominio del suelo. En los períodos posteriores se ha suavizado ese sometimiento… su actual forma en los países más civilizados es un trabajo asalariado realizado en mayor o menor grado bajo un dominio policial. En este último se basa, pues, la posibilidad práctica de ese tipo de riqueza actual que se presenta en el extenso dominio del suelo y en la gran propiedad territorial. Como es natural, todas las demás especies de la riqueza distributiva se explican históricamente de modo análogo, y la dependencia indirecta del hombre respecto del hombre, que actualmente constituye el rasgo fundamental de las situaciones económicas más desarrolladas, no puede entenderse ni explicarse por sí misma, sino como herencia, algo modificada, de un anterior sometimiento directo y una anterior expropiación directa. Hasta aquí, el señor Dühring.

Tesis: el dominio de la naturaleza (por el hombre) presupone el dominio del hombre (por el hombre). Prueba: la explotación de la propiedad de la tierra en zonas grandes ha sido siempre y en todo lugar realizada por siervos. Prueba de la prueba: ¿Cómo puede haber grandes propietarios de la tierra sin siervos, puesto que el gran propietario con su familia y sin siervos no podría cultivar sino una reducida parte de sus posesiones? Así, pues, para probar que el hombre, con objeto de someter a la naturaleza, tiene que empezar por someter al hombre, transformar sin más la naturaleza" en propiedad de zonas grandes, y esta propiedad territorial se transforma en seguida en sus manos en propiedad de un gran señor, el cual, naturalmente, no puede cultivar sus tierras sin siervos… etc., etc.

Y, hasta hoy, este hoy que nos encuentra reducidos a polvo de dispensario, así… Pero hay otra riqueza, la que hace del hombre un ser responsable de su vida, portador y portavoz de riquezas–otras que hacen del tener sólo un gesto del ser.

Gesto para el gasto de vidas que hacen huella. Dice Jeanne Ponté:

Se trata de ser culpable de estar vivo, pero no ser responsable de la vida.

Entonces, hacer riqueza del barro, hacer tesoros de las miserias… Hacerse rico de rincones bellos, de sectores propios, de lunas llenas en cielos nublados… aún, en los días… Hacer perlas de granos de arena…

El alma oculta de las ostras… La fascinación que, por su pureza y origen misterioso, ha ejercido la perla desde la Antigüedad ha convertido a esta gema en un objeto venerado en todas las épocas y civilizaciones. Encontramos referencias a ella en la Biblia, el Corán y el Talmud, como símbolo lunar, vinculado al agua y a la mujer. Son atributos reconocidos universalmente. La perla es mujer.

Escasa y preciosa, la perla tenía fama de perfección. Nacida, según las mitologías, de la acción de un rayo, de una gota de rocío atrapada en una concha o de una lágrima de la Luna, es el emblema esencial de la femineidad creadora y huella terrestre de la actividad celestial.

Una antigua leyenda persa narra cómo explicaba su origen el Profeta:

Dios tiene servidores semejantes a la lluvia. Cuando ésta cae en tierra da origen al trigo y cuando cae al mar las perlas.

Para los chinos son gotas de rocío milagrosamente caídas dentro de la ostra que aprisionan la luz del alba. Una luz que, para sus médicos, podía curar la ceguera si se frotaban los ojos enfermos con perlas vírgenes no perforadas.

En Europa se le atribuían virtudes curativas contra la demencia y la melancolía. En India se la considera como el mejor remedio contra las enfermedades y hemorragias. En la terapéutica india moderna se siguen utilizando perlas en polvo por sus propiedades vivificantes y afrodisíacas. El simbolismo sexual del molusco le transfiere todas las virtudes que se le atribuyen.

En la Antigüedad, los romanos consideraban que las perlas eran mensajeras de placer y felicidad. Los antiguos griegos las convirtieron en emblema del amor y el matrimonio.

En Oriente prevalecían sus propiedades afrodisíacas, tanto convirtiéndolas en precioso talismán como machacándolas para aplicarlas en polvo sobre las partes vitales del cuerpo. La perla es vida.

Desde el antiguo Egipto hasta Borneo, pasando por Laos, la perla acompaña al difunto, ayudándole en su travesía hacia el otro mundo o durante su hipotética resurrección. Los indios de América, al igual que Cleopatra, no podían concebir el regreso hacia su creador sin llevarse con ellos unas cuantas canastillas repletas de perlas, con las que recordarle la pureza de sus vidas.

Los laosianos de hoy en día siguen enterrando a sus muertos con cinturones, trajes y gorros decorados con perlas. Muchos filósofos vieron en la búsqueda de la perla nada menos que la conquista de la sublime Esencia encerrada en cada uno de nosotros: la perla de lo ideal.

La mujer actual, al igual que la de hace 2.000 años, sigue sintiéndose seducida e irresistiblemente atraída por el misterioso encanto de la perla. Esta joya que encarna los ideales de belleza de las mujeres del mundo entero es un verdadero tesoro del mar…

Estas lágrimas de princesa se forman en los moluscos como defensa contra cualquier elemento irritante mediante la segregación de capas de aragonito, conocidas como nácar.

Todo ello dicho para señalar que, siendo, en los supuestos del hombre, animales superiores, a veces, aún, no podemos más que irritarnos mediocremente… Y, también, para decir que, a la metáfora de la producción de riqueza, la deberemos arrancar de las entrañas… de las entrañas de la propia mar…

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