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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Lo mejor y lo peor

Programa emitido en enero de 2003

Extremos de todo. La otra cara de la misma moneda. La de nosotros, humanos.
Ya lo sabemos, teoría psicoanalítica mediante, que es, desde los más bajos instintos, desde donde surgen las conductas más elevadas. Así lo dice Freud:

El superyó, abogado del mundo interior, o sea, del Ello, se opone al yo, verdadero representante del mundo exterior o de la realidad.

Los conflictos entre el yo y el ideal reflejan, pues, en último término, la antítesis de lo real y lo psíquico del mundo exterior y el interior. Todo lo que la Biología y los destinos de la especie humana han creado y dejado en el Ello es tomado por el yo en la formación de su ideal y vivido de nuevo en él individualmente. El ideal del yo presenta, a consecuencia de la historia de su formación, una amplia relación con las adquisiciones filogénicas del individuo, o sea, con su herencia arcaica. Aquello que en la vida psíquica individual ha pertenecido a lo más bajo es convertido por la formación del ideal en lo más elevado del alma humana, conforme siempre a nuestra escala de valores. Pero sería un esfuerzo inútil querer localizar el ideal del yo, aunque sólo fuera de un modo análogo a como hemos localizado el yo, o adaptarlo a una de las comparaciones por medio de las cuales hemos intentado reproducir la relación entre el yo y el Ello.

No es difícil mostrar que el ideal del yo satisface todas aquellas exigencias que se plantean en la parte más elevada del hombre.”

Entonces, desde ese lo peor, instintivo, que pugna por la inmediatez, que no considera más que su perentoriedad, es posible construir lo más elevado, lo más sublime.

Sin dudas, esta tarea implica un gasto de energía. ¿De dónde, pues, el individuo, puede obtenerla? No es fácil su asequimiento, ya que, ella, la energía, no es medible ni observable por los medios que al humano le son tan convincentes…. radiografías, análisis de laboratorio… Pero sí lo es a través de la observación de sus conductas. Todos sabemos, hay personas con más capacidad para el despliegue de actividades que otras, esto es porque su cuantum energético está más disponible, es decir está menos fijado. Este concepto, fijación, es clave para entender la dinámica psíquica y la posibilidad de plasticidad de las conductas humanas.

Entonces, a partir del trabajo de liberar esta energía fijada es que estamos en condiciones de darle un uso diferente, en relación a nuestros gustos y a nuestros deseos. Para concluir, entonces, aquello tan bien mostrado en esa película llamada Hannibal y que podría encontrar, en estas líneas, una versión poética…

Hay muchas escenas.
Hoy gana mi corazón la del beso. La de mutilarse la boca de morder para ponerse la boca de besar.
Aún, sin la garantía de encontrar otra boca.
Esa es mi escena del enigma.
Esa es mi escena de la muerte. Porque es la escena del amor.

Así, de lo peor a lo mejor será un objetivo loable en cada vida, en cada acto, en cada situación… si lo que se desea es la belleza…

Porque, como dijo Lacan:

La muerte lo empuja. Tenerla ante uno, enfrentarse con la muerte, esto solo pasa con lo Bello donde, allí, eso toca (fait touche).

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