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Alguien más se lo puede preguntar

La Fundación C.E.P. en la Radio

Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Moralejas de la vida

Programa emitido en octubre de 2002

¿El amor en espera… o el sujeto en espera del amor? El amor… bien tan preciado!

Pero el sujeto no lo trata como a otros bienes… es decir, no se ocupa de él… Si pensamos en otros bienes, materiales, por ejemplo, debemos decir que el hombre ha sabido hacerse el camino del logro. Preparándose desde niño, aprendiendo, recavando ejemplos y modos, ocupándose, durante muchas horas al día, de efectivizar su deseo…

Pero, del amor… ¿quién se ocupa del amor? ¿Qué es ocuparse del amor? Ocuparse del amor, en términos de los que puede hablarse, se llama trabajo. Trabajo, como el del esclavo, como el del obrero. Rodin, en su testamento dice:

El artista da un gran ejemplo. Adora su oficio: su más preciosa recompensa es la alegría de haber procedido bien. Actualmente, se persuade a los obreros, por desdicha suya, a que odien su trabajo y lo saboteen. El mundo sólo será feliz cuando todos los hombres tengan alma de artistas, es decir, cuando todos sientan el placer de su labor.

Tal vez, el amor deba considerarse cosa de artistas y, nosotros, como tales, deberíamos ocuparnos de producirlo… Hay una frase que, en nuestra Fundación CEP, es luz para el camino: El azar tiene una sola carta…el trabajo.

Se ve, sin quererlo, que se enlaza, a nuestro más preciado bien, aquel otro significante: trabajo. ¿Por qué hablamos de ello, nosotros, psicoanalistas?

Lacan habla del registro imaginario, del registro simbólico y del registro de lo real. Los dos primeros registros son instrumentos de trabajo indispensables para que el analista tome posición en la dirección de la cura, mientras que lo real debe registrarse en el orden de lo imposible.

Lo imaginario debe entenderse a partir de la imagen. Es el registro de la impostura [del señuelo], de la identificación. Lo simbólico debe entenderse como la palabra. Y lo real, como aquello que involucra al cuerpo, a ese cuerpo que, en un punto, se anuda con el goce. En la relación intersubjetiva siempre se introduce algo ficticio que es la proyección imaginaria de uno sobre la simple pantalla que deviene el otro. Es el registro del yo, con todo lo que este implica de desconocimiento, de alienación, de amor y de agresividad en la relación dual. Partiendo de allí, queda en evidencia que, de lo que se trata en el amor, es de ese trabajo de desbrozar la maleza de lo imaginario, a través de la palabra que pueda dibujarse en la dimensión correcta (correcta para cada quien). Entonces, lo real del amor no es espera, es búsqueda. Es construcción. Es alma para amar, para enalmorarse.

Pero, como hemos dicho, hay que ir a buscar ese alma, detrás de los señuelos, detrás de la ficción establecida por las palabras dadas. Así nos da la pista… quien, para despistarnos de lo conocido, nos habla en otro idioma: "… entre el hombre y el muro, justamente está… el amor, la carta de amor. Y lo mejor que hay en este curioso impulso que se llama amor, es la carta, es la letra que puede tomar formas extrañas." (Lacan)

Sí, ese es el trabajo de hacer el amor… hacer esa letra extraña… manito pequeña, como antaño, haciendo redondeles y palotes… Nunca nos es dado saber… aún, sabiéndolo.

Hoy, 31 de Octubre, se festeja "Samhain". La versión americana o, para ser exactos, el invento americano deformó el misterio, el temido misterio de las voces antiguas como mapas de exóticos pasajes del mundo, trocó ese misterio en temor… siempre ocurre con la pobreza de espíritu, mejor disfrazarse que vivir la noche de los tiempos que se suman a lo por-venir.

Ritual de círculos sagrados para consagrar la dignidad humana, queimada de pura vid, poemas y música de cuerpos habitando el alma de la sabiduría. La Fata, desde su embrollo de ta-lu-é (dícese de los tres duendes que en el bosque de avellanos cultivan fresas escondidas entre las piedras místicas para alimentar el sin-sentido del amor), esto es, desde su caldero mágico, desde esos personajes cercados en las vocales de sus conjuros… se hace textura de dicho.

Hoy, la Fata sabe, con su rama de avellano sustenta el portal abierto al deseo, prepara sus palabras y nos dice de la ciudad y sus parásitos:

¿Y a mí cuando me pasa lo que no me pasa? Si cuando me pasa no-pasa porque la vida se pasa sin medias pasas, porque lo que pasa no se pasa entero de mi casa, que caza una de las que se pasan… si hasta las CALABAZAS se pasan!!!: van a la marcha, manchan las sábanas, abrazan la nada, van para atrás, arrastran la lacra… Entonces ¿para qué me pasa lo que no me pasa si insisto cuando me pasa con que no me pasa? ¿Y a vos qué te pasa cuando no te pasa lo que te pasa?… En la panza ¿mamá da alabanzas? ¿Da mamá caladas? ¿Mamá drogada?… ¡Y sí, da caladas! Mamá drogada… Entonces… No pasa nada. Y a vos nadar te pasa… Y mamá arrasa, mamá hace masa ¡MAMASA!… Papá abarca ¿Y tu barca?

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