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Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar
un programa de Jorge Andrés Moya.
Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003
Un viaje de noche… por la noche… por ese modo, a veces, marginal, a veces, indecoroso, a veces, circular, a veces, estertóreo, a veces, múltiple de sueños, a veces, sorpresivo en desazón, a veces, en palabras…
Como las que, derramadas, sobre territorios sin destinatario, se inmolan en saltos hacia una estrella, en caídas sobre la piel de un desposeído, en estallido contra un cuerpo real.
Un viaje que circula por distintos caminos…
Aquí, alguien recitando poesía… allí, alguien blandiendo su sangre sobre el lodo… allá, alguien construyendo su penúltima idea… más allá, alguien cumpliendo un deseo.
De todos, el viaje más fútil, más vano, es el de los silenciosos hacedores de fantasmas con su carne… el de esos que, perdidos, no encuentran ni buscan… aúllan a oídos dormidos en ventanas equivocadas… el de esos que, hechos mareos sin acontecer, cuentan cuentas de incontable indecisión, de contable mal-razón… el de esos que, esclavos de esperanzas engañosas, jadean no de goce, sino de agonía, de desierto, de brillo sin sostén…
De todos, el más prolífico, el de más vuelo, es el que se halla en concordancia con un deseo de manos propias, con un aliento que mantiene su ritmo de insistencia, con un pequeño pedazo de paraíso… no de paz, sino de virginidad.
Pero… ¿cómo se construyen paraísos? Sin desvíos, sin pentagramas usados.
Y… ¿cómo se halla la virginidad, después de haber sido penetrado por la certeza? Tal vez, de eso se trate… de cierta de-sencia (dé-sence, donde el prefijo dé indica privación, falta (de sentido: sens) y donde se apunta a la homofonía con décence (decencia).]
Dé-sense… Falta de sentido… para encontrarlo en todas sus versiones…. para ampliar ese mundo limitado, garantizado, orgulloso de ser tan perfectamente enumerado…
Porque nada de la verdad está en el sentido, si no en el lugar donde sitúa la palabra.
Hoy, azul…
En el requiebro atormentado de un tiempo a estrenar, la marcha de una voz mapuche interrumpe las cuerdas de mi destino y desordena un principio encarcelado entre otras voces.
Las montañas no me niegan ese placer, lujoso y opulento. No, lo hacen visible.
La insistencia de esa melodía -aun sin conjugar- me trae de la mano un corazón con sobresaltos, me talla una puerta en la piel.
Interrumpiendo mi razón, esa, su voz, reclama lo que obtiene, un minuto de mi boca y mi letra por entero.
Porque me mira con su voz, me acorrala la garganta con su voz, me indaga el orgullo con su voz.
Su voz de ojos sin fin, que me arranca suspiros de terciopelo azul en las curvas de mi gesto. Que me hace machi
en la profundidad de mis entrañas.
Su voz, que me sorprende los hombros, que me llama desde la mordedura de un horizonte invisible, desde allá, desde cerca de los cielos.
Su voz que cae del cerro para despertarme, para enjugarme las lágrimas de lo que se pierde. Que me rodea, despacio, señalándome el camino.
Su voz timbrada en el deshielo, construida en los bosques, amamantada por los duendes.
Su voz, su arma, su herramienta.
Abrumadora suerte de hechizo que me lame el alma, que me arrastra hacia mí misma, hacia mi principio. Que me hiere en mi solitario desdén, que me arremolina contra la sangre, que me fomenta la buena voluntad.
Entretanto, una buena porción de sol andino se planta frente a mí, para dejarme saber de la vida.
Hoy, roja…
La chica arma despacio
ensoñaciones desalmadas
tejida ignorancia del verano
Ella supo
ser feliz no era cosa de Contentas sino de
Contenido
Muñequita la rusa envenenada
por amores de fraude
idiomas imposibles
kimono blanco
sobre su piel de limonada
Sola
venida a fuego en sucarrito
trituró el espacio
fue un exceso de paisaje
la trataron de falsa en la milonga
por besar los tobillos de algún hombre
que supo retenerla por espaldaMina pura
jalea de membrillo
Uvita clara
de golpe se hizo medio grande
Ahora
Los muchachos descubren sus piernas
el delicado acierto de esos giros
perforando el alba
Nadie dice
Nadie puede tocarla
lo impar es indescifrable
geisha mistonga
mariposa bailada.
Hoy, violeta…
(C.1 de Alicia en el País de las Maravillas, Lewis Carroll)
Hilo de óleo florentino
pronunciaba palabras como cuerpos
sin poder tocarlos
rojizo el pelo
abierto ante los cielos
como un canto
disparó a su figura con la seda
con el sedoso hilo de los sabios
y
supo nombres
escabullidos en árboles gigantes
escritos a navaja por la sombra
cuando todo era blancoDe la frontera vuelven
los finísimos ríos que se unen
a lluvias sin cauce
oír los gestos
mordeduras de teatro sobre el ojo
que busca el alba
y ella
lejos
con runas de miel para leerse
amores falsosdespués
por la hoja purísima del texto
el aire toma aire
un modo ineludible de
apariencia
el duelo interminable de la imagen.
Hoy, morada…
Acalla el viento esteros de longitud
sumando raíces
calavera chilla su impaciencia
a la vera del río
una mozuela
anzuelo para el pez más gordo
andrajoso en climaterio
un viejo
trepanando mozuela
Hoy, verde…
Nota: [1] Machi (mapuche): bruja
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