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Acompañando a Alguien más se lo puede preguntar un programa de Jorge Andrés Moya.

Programas emitidos por 1030 AM Del Plata, de 2.00 a 6.00, de martes a sábados, durante 2002 y 2003

Una noche con la luna - Primer luna llena del invierno

Programa emitido en junio de 2003

El dios de la Luna del antiguo Egipto, Tot, al que a veces se representa con cabeza de perro, o como un babuino que lleva sobre la cabeza la Luna creciente, muestra una antigua interpretación sacerdotal del hecho de que la Luna y el Sol se relevan entre sí, al salir y ponerse. Mientras que el dios Sol Ra se abría camino por el inframundo en las horas de oscuridad, a Tot se le requería para su lugar en el mundo superior. En algunos relatos, es Ra el que crea la Luna para que ilumine el cielo nocturno, dejándola a cargo de Tot. Tot era también el responsable de regular el calendario. Enseñó a la humanidad las artes y las ciencias, y los griegos lo interpretaron como el dios Hermes. En época posterior, el dios Luna Tot se convirtió en inspiración de la tradición hermética del ocultismo griego, islámico y europeo.

En la mitología china, l diosa Luna Ch'ang-o era la esposa del arquero I, al que se le concedió el elixir de la inmortalidad por haber salvado a la humanidad al abatir a nueve de los diez soles que salieron juntos amenazando con quemar el mundo. Un día, I regresó a su casa y encontró con que su esposa se había bebido el elixir, por lo que la persiguió hasta la Luna. La liebre lunar ofreció protección a la mujer y forzó a I a desistir de su empeño. Desde entonces se dice que Ch'ang-o vive en la Luna, modelo de belleza y modestia.

En al mitología de la India brahmánica, se dice que la Luna está donde van las almas de los difuntos. La noción de la Luna como reino de los muertos nos lleva a una mayor tensión en su simbolismo. Sus fases pueden indicar una analogía con los ciclos orgánicos y el reino de la naturaleza, como ocurre en al mitología de algunas zonas de América del Sur, donde se cree que la Luna es la madre le las hierbas. En la antigua Mesopotamia hubo quienes consideraban que el calor de la Luna, más que el del Sol, era la fuerza energética mediante la que crecían las plantas. Al mismo tiempo, sin embargo
las fases de la Luna han significado para algunos pueblos la decadencia y la muerte. Esta paradoja de la vida y de la muerte está comprendida en la Luna como triple diosa, un motivo mítico que aparece bajo muchos aspectos, sobre todo donde encontramos una trinidad femenina, como en las tres Parcas, o las tres brujas.

En el mundo de la antigua Grecia, los poetas vieron a la virgen cazadora Artemisa (Diana para los romanos) como la diosa con tres formas, siendo sus otros dos aspectos Selene, la Luna del cielo y Hécate, una misteriosa diosa del inframundo. La triple diosa puede ser interpretada como tres fases del cielo lunar: el arco de plata que lleva Artemisa representa la Luna nueva, Selene es la Luna llena madura, y Hécate, lo oscuro de la Luna. La propia Hécate presenta el mismo simbolismo triple, siendo descrita a menudo con tres cuerpos o con tres cabezas. Va errando entre las almas de los muertos y su llegada se anuncia con el aullido de los perros. Habita en las tumbas y en los lugares solitarios en los que hay una encrucijada de caminos, y enseña las artes de encantamiento y de brujería. A veces se la representaba como a una vieja arpía, mostrando los últimos instantes del ciclo de la Luna, ofreciéndosele libaciones al final de cada mes.

Coyolxauhqui representa para los aztecas a la diosa Tierra y Luna. Está relacionado con las cuatrocientas estrellas deidades de Huitznauna, que está bajo su control. Posee las potencias mágicas que con ella pueden hacer gran daño. Coyolxauhqui descabezó a su propia madre Coatlicue cuando estaba embarazada e hizo desaparecer a sus propios niños en extrañas circunstancias. El dios Sol Huitzilopochtli sató inmediatamente completamente armado de la matriz… Según una tradición, Huitzilopochtli sacudió su cabeza en el cielo donde se convirtió en la luna.

En un mito maorí, la luna (masculina) rapta a la esposa del dios Rona. Se cuenta que Rona, enfurecido por el rapto, se enfrenta a la Luna y desde entonces están luchando para siempre en el cielo. Se cuenta que cuando la luna se desvanece, se ha cansado de luchar y necesitar un descanso, lo que hace durante el período creciente del ciclo; cuando reaparece la Luna llena, comienza la batalla una vez más. Entonces, hoy, una nueva batalla se inicia… una nueva batalla que, como sabemos, no ocurre en los cielos, si no que, como toda cuestión humana, ocurre en el interior de los individuos y se proyecta a los cielos…

De allí que deseamos que, hoy, noche de comienzo de batalla interna, de lucha por-venir, haga en el cielo la señal de un cielo menos oscuro para todos… Y, para que sea menos oscuro… algunas palabras sobre el lado oscuro de la Luna…

Dice Juan Antonio Revilla, Pensemos en los dos focos de la órbita lunar (en el caso exclusivo de la Luna Negra verdadera): existe una dinámica entre ellos, se están mirando uno al otro, como dos gemelos, aunque uno es físico y tiene peso (la Tierra) mientras que el otro está ausente, es un fantasma, como representando una ausencia, un vacío, un ideal inalcanzable, o también como el vacío de la matriz. En este aislamiento, visto negativamente, la persona está castrada, el inconsciente la envuelve (o la engulle). También se establece una dinámica entre la Tierra y su fantasma lunar, la cual aparentemente resulta en profundas o importantes diferencias de reacción entre el hombre y la mujer. Los dos focos se ven entre sí y se polarizan, la persona lucha contra su fantasma y su vacío.

El foco vacío y aislado es un punto de negación, de represión y fermentación, pero también de transformaciones mágicas pertenecientes al mundo fantasmal, nocturno y erótico-instintivo. Contiene las energías instintivas, incluyendo la sabiduría y la clarividencia atávicas que dependen de las funciones corporales, energías que se encuentran en lo profundo de nuestra psique (entre las cuales sobresale la sexualidad) y que se manifiestan en los cuentos de hadas y en el simbolismo lunar primitivo: la noche, el misterio, la magia, el peligro, el secreto, el miedo, lo prohibido, lo abismal o inalcanzable…

De allí, entonces, que hablemos de LILITH, LA PRIMERA MUJER… Contrariamente a lo que se suele creer, la primera mujer en el Jardín del Edén no fue Eva. La primera mujer creada por Dios fue Lilith, una mujer llena de hermosura y capacidad para disfrutar de su sexualidad. Estaba hecha de la misma sustancia que Adán, no sacada de una de las costillas de éste.

Todo iba bien en el Paraíso, hasta que llegó la hora del sexo. Adán y Lilith nunca encontraron la paz juntos, pues cuando él quería acostarse con ella, Lilith se negaba, considerando que la postura recostada que él exigía era ofensiva para ella. ¿Por qué he de recostarme debajo de ti? - preguntaba - Yo también fui hecha de polvo y, por consiguiente, soy tu igual.

Lilith no quería ser una esclava de nadie, sino una compañera, con capacidad para compartir y gozar. Ni mucho menos quería estar sometida a nadie.

Desafió las órdenes de Adán e incluso de Dios. Y por eso fue expulsada del Paraíso. El poder sexual de la mujer pasó a ser algo peligroso, algo trasgresor. Y empezaron los tiempos del patriarcado.

Lilith representa la energía creativa que une el sexo con la espiritualidad. Es el instinto del goce y la fuerza oscura que hay en todo proceso creativo. Representa el punto donde podemos llegar a ser transgresores (o mejor, 'capaces de subversión'), es decir, donde podemos ir un poco más allá. Pero, a la Luna Negra, no se la puede abordar únicamente desde la razón y, a la mujer, tampoco. Las mujeres locas, des-centradas, castradas, enigmáticas, nada tienen que ver con la razón. Allí ellas des-velan la sexualidad y el plus de goce…

Y, si lo femenino no es cosa de sexos, estar del lado mujer, es saber, allí, después de haber comido del árbol de la sabiduría. Feliz noche de luna, para todos…

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