La lejanía del ser

Síntesis:
La lejanía del ser

La ilusión
raptada
no escapar
por – puerta
alguna.
imagen destrozada
yacía
gota de cristal,
sentir
el iceberg,
ver

cubrirlo todo,
mano que toca
quema,
goce incierto.
dolor
cabalga
silencio,
juegas hoguera
viendo chispas
una otra
desprenden,
gotas congeladas
despedazan.
seguir
desesperado,
recuperarla.

Stella M. S.

No hay una relación de uno a uno, solo una red de significantes. Síntoma: un significante para otro significante.

Enfermedades de la piel
No ha habido caricia delimitante, diferencia marcando un borde-límite, separación. El juego de esa vida, vida en juego, ser para esa voz que no dice y se repite hasta ensordecer. Eco eterno que vibra en el cuerpo, cuerpo erotizado desde ese modo-contacto invasivo.

Hay un garante que promete (fantasma), garantía que no ofrece más que una deuda, deuda imposible, impagable, su pellejo es la paga que nunca alcanza a saldar. Madre fálica arma el circo, en donde él hace piruetas -las mismas piruetas cada vez, siempre en exposición, a merced de ese deseo que calcina.

Ex-puesto, puesto fuera del lugar de ley. Padre borrado.
Hace las veces de bufón, da pena su risa.
Es el pergamino que muestra, a la carta, para lo que pidan.
Se desnuda, por las es-camas, en-cama con su ama, m-amá.
Enfocado, bajo el foco de la mirada. Muestra claramente que es sujeto del deseo de ese Otro.
Placer, regodeo de padecimiento, excitación constante que no acaba, juego masturbatorio en el des-cama-(ama)rse, sabe amarse fuera de la cama, fuera de ese contacto ardiente que hace arrastrar su goce incauto.
Da cuenta de la realidad en carne viva, no puede hacer con eso.
Re-clama en el desierto, es la desolación del ser para el regocijo del otro.
El engaño es su regalo. No se revela, padece.

Lesiones que expresan la imposibilidad de penetrar en el goce del cuerpo del Otro. La mancha cutánea permite al sujeto atraer y fijar la atención del entorno sobre su persona, logrando con ello verse así mismo observado por los otros. Al mismo tiempo, esta mancha actúa como función de engaño y punto de focalización, al punto de resultar cegadora para el Otro. La marca permite evitar un cruce de miradas y asegura al portador de la afección un dominio sobre la imagen del Otro. Degradación, derrumbamiento del nombre propio. El sujeto pareciera quedar despojado de su nombre propio, y se resigna a un canje por una nueva identidad corporal (síntoma). Pareciera que en estos fenómenos psicosomáticos, ciertos significantes quedaran bloqueados y no pudieran aferrarse a otros significantes, impidiendo el efecto de afánisis del sujeto. O sea, no puede soportar la sensación de vacío, de la falta

Psicosomática y Cancer | J. Güir

El Otro es el lugar donde se sitúa la cadena del significante que rige todo lo que, del sujeto, podrá hacerse presente, es el campo de ese ser viviente donde el sujeto tiene que aparecer. En el psiquismo no hay nada que permita al sujeto situarse como ser macho o ser hembra. El sujeto sólo sitúa, en su psiquismo, sus equivalentes -actividad y pasividad. Y éstos nunca la representan exhaustivamente. O sea las vías de lo que hay que hacer como hombre o como mujer pertenecen al drama, a la trama que se sitúa en el campo del Otro (Edipo). El sujeto depende del significante, que es decir a cierta impotencia del pensamiento, por esto hay que saber hacer, el arte, el artificio. Las puertas de la comprensión analítica se abren en base a un cierto rechazo de la comprensión. El trauma es concebido como algo que ha de ser taponado por la homeostasis subjetivante que orienta todo el funcionamiento definido por el principio del placer. Noción conflictiva introducida por la oposición del principio del placer al principio de realidad.

El lugar de lo real va del trauma al fantasma – en tanto que el fantasma es la pantalla que disimula algo absolutamente primero, determinante en la función de la repetición. Lo real (lo primero) es eso que yace siempre tras el automaton (repetición). La repetición es el encuentro fallido con lo real. Encuentro con lo real: de una cita siempre reiterada con un real que se escabulle. Lo real se haya presentado bajo la forma de lo que tiene de inasimilable – bajo la forma del trauma, que determina todo lo que sigue y le impone un origen accidental, en el tropiezo, en el traspié. El inconsciente nos muestra la hiancia por donde la neurosis empalma con un real, no determinado. En el hueco, en la hiancia hay algo que pertenece al orden de lo no realizado. Lo que se produce en esta hiancia se presenta como el hallazgo, sorpresa, aquello que rebasa al sujeto, que lo saca del lugar. Este hallazgo, en cuanto se presenta es re-hallazgo y esta siempre dispuesto a escabullirse de nuevo, instaurando la dimensión de la pérdida: uno de la ranura, de la ruptura.

J. Lacan

Conflicto psíquico: oposición de deseos, una parte de la personalidad manifiesta determinados deseos y otra parte se opone, los rechaza. Se ve imposibilitada la satisfacción de la líbido-frustación -lo cual conlleva a buscar otros objetos-caminos, siendo condición indispensable que estos provoquen el desagrado de una cierta fracción de la personalidad, la cual impone su veto al nuevo modo de satisfacción. A partir de este punto se inicia el proceso de formación de síntomas y las tendencias libidinosas rechazadas consiguen manifestarse por caminos indirectos, aceptando deformaciones y atenuaciones. Síntoma: efecto de un conflicto entre dos fuerzas. Una de estas fuerzas es la líbido insatisfecha que, alejada de la realidad y obligada a buscar nuevos modos de satisfacción, recurre a la regresión: lo que la atrae son las fijaciones.

El daño principal del síntoma deriva del esfuerzo psíquico que primero exige su ejecución y luego lucha contra ellos, esfuerzo que lo desgasta e imposibilita de toda actividad concreta como ser. El retorno de la líbido a la época infantil se verifica porque en ese período algo ejerce su atracción, por lo tanto también hay una relación de complemento recíproco entre la vida adulta y la vida infantil. Se produce un renunciamiento al principio de la realidad y un retorno al principio de placer, de tal modo que los síntomas sustituyen una modificación del mundo exterior por una modificación somática, o sea una acción exterior por una acción interna.

S. Freud

Apertura
La palabra que dice verdadero movimiento, carácter inaugural que da cuerpo. Esa palabra que dice, toca, va más allá de la forma en sí, atraviesa, huella-marca, movimiento único, propio deseo nombrado.

La imagen de mí no existe, ni yo,
solo las palabras
me hacen presente, carne,
que despistan a la imagen;
algo imposible
dice…

Símbolos, signos, números, gestos, síntomas, manchas, movimientos, sonidos-ruidos, fallidos, lapsus; de cuántas maneras tratamos de decir de la pérdida, la falta…