Tu eliges el lugar de la herida…
Tu eliges el lugar de la herida, en donde hablamos nuestro silencio.
Alejandra Pizarnik
Esta es una historia de ciencia ficción
Juan Cruz, 22 escasos años, fue llevado a la morgue, nadie reconoció derecho sobre el cuerpo. El. Dr. Body, era un avezado patólogo. DebÃa su fama y reconocimiento a su dedicación al trabajo, a su aguda inteligencia y a ese modo particular de armar rompecabezas. Siempre decÃa, el cuerpo nos cuenta.
Juan Cruz fue llevado al congelador, hasta que el doctor se puso a estudiarlo. Se descongeló casi todo; agudo observador, notó que al cadáver no se le desfreezaban los bronquios, la epidermis del antebrazo, el corazón, y la sangre; que si bien obviamente no iba a fluir, estaba coagulada y congelada.
Esbozó una sonrisa, ante el miembro erecto del joven adulto, que tampoco cedÃa al calor. EntendÃa que no era el momento de hacerle una Oda a PrÃapo, pero ese pene de 15 cm parecÃa enorme para ese cuerpo enjuto, definitivamente muerto. La autopsia prosiguió sin sobresaltos. Cansado, decidió dormir un rato, allà en la morgue; para cuando habÃa mucho trabajo tenÃa un cuartito con una camita, suficientemente cómoda para él, que tenÃa muy poca vida social; se nutrÃa de aquello que le contaban sus muertos.
Esa noche; tuvo una extraña pesadilla, lo despertaba de su sueño un duelo entre un as de espadas y una gran boca, la gran boca terminó engullendo la carta, de tal modo, que la espada, fuera ahora de la baraja, quedó dentro de esa prisión de carne y dientes, sin poder salir de allÃ.
Se despertó sobresaltado, fue hasta la mesa de disección, el pene del cadáver parecÃa desprender una lágrima. Mihail, no entendÃa a esa altura que estaba sucediendo, sà sabÃa, que en sus 44 años no habÃa visto nada igual. Volvió a su camita, retomó el sueño. Esta vez se le presentificó el chico caminando, desnudo, con los brazos extendidos, como pidiendo ayuda; se le notaba esa lesión rojiza, ligeramente indurada. Y nuevamente la boca carnosa, riendo, se acerca a la cabeza del chico, le dice algo al oÃdo, escucha mejor… es una canción… AserrÃn, Aserrán…
Mihail se despertó sudoroso. HabÃa algo aterrorizante en todo esto de los sueños. No iba a poder dormir nuevamente, por lo tanto, se acercó a la mesa de disección a continuar trabajando. Tuvo un dÃa intenso, por lo cual, el cada-ver del chico, quedó para más tarde. Eran las 22hs. Cuando se decidió a retomar su labor. Mismas condiciones, órganos congelados, pene, piel del antebrazo, pulmones, corazón, sangre. Se dijo –PodrÃa sostenerse un esqueleto vascular… Pensá, se decÃa, pensá… Fue directo al hueso, sacó médula, microscopio. Primera conclusión, leucemia linfoblástica, –raro, no corresponde a esta edad.
El nene lloraba en el arenero, lloraba desconsoladamente, su mamá le daba la espalda, no le importaba el llanto del chiquito, a los pies de la madre se abrÃa un gran foso, allà estaban enterrados dos esqueletos, uno pequeño y uno grande. La mujer miraba el foso, decÃa… –¿por qué?, ¿por qué me dejaron sola?
Se despertó abruptamente, recordaba el sueño perfectamente, era el amanecer, sacudió la cabeza, bajó los pies de la cama, y se cayó… en una caÃda brusca, en una tumba de tierra que se cerraba sobre él, gritó.
–Dr… ¿qué le pasa? Dr. Body, despierte… está soñando. Ya era de dÃa, seguramente algo que habÃa comido le habÃa caÃdo pesado. Se lavó, se acercó al cadáver. Este chico me tiene obsesionado, pensó, provoca mis pesadillas. Se puso a terminar rápido la autopsia. Algo le daba miedo. Eso no era lo esperado. Pulmones; ha de haber sido asmático. Tejido cicatrizal en los bronquios, principio de enfisema. Bronquial crónico. Laboratorio: salbutamol en sangre… sÃ, asmático, y se nebulizaba o usaba el puff a diario. Corazón: ahà está, infarto masivo, coronarias ocluidas, amplio tejido necrótico. Causa de muerte, infarto agudo de miocardio masivo. ¿Qué te pasó NN? ¿Cómo pudiste estar tan enfermo, que te pasó? Eran las 22.00 horas. Su dÃa estaba terminado Lo llaman por teléfono.
–Aquà hay una señora que dice que puede ser su hijo el que llegó hace tres dÃas.
Entra una mujer, bien vestida, se presenta, soy la Sra. Carola Herr; quiero que me permita ver el cuerpo. Primero palideció, se agarró de la mesa, asintió con la cabeza, acarició el cuerpo muerto de su hijo, lo recorrió con su mano, palmo a palmo. Pareció no ver, los grandes costurones, producto de la autopsia. Body pensó, menos mal que alcancé a cerrarlo. La mujer miró a Mihail y le dijo:
–Pobre hijo mÃo, primero sufre la pérdida de su abuela y su hermano mayor, cuando él tenÃa once meses. Mi madre lo cuidaba, fue un accidente horrible. Fue difÃcil para todos. Yo me ocupé a partir de ahà exclusivamente de él, salvo por los eventos sociales que me convocaban, y que me ayudaron a distraerme de mi dolor. Mi marido es diplomático, viaja mucho. Hasta los 11 años tuvo intensas crisis de asma, que aumentaban cada vez que yo salÃa de casa. Pero la psicóloga me dijo, que saliera igual, que era un manejo. Hace unos meses me dijo que se sentÃa débil, como sin fuerzas. Decidimos que viajara para recuperarse. Vino mejor.
Hace dos meses puso una empresa con su mejor amigo y su novia, estaba contento, bien. Ayer vi a Marianita con Eduardo, abrazados. Los encaré ¿Y Juan Cruz? No sé, me dijeron, se fue hace tres dÃas, dando un portazo. Mariana me miró a los ojos y me dijo, no me digas nada, no pude evitar enamorarme de Eduardo. Juan Cruz se tenÃa que enterar.
Ahà empecé a buscarlo, ¿comprende doctor?, pensé, tiene 22 años y esos desgraciados lo estafaron, no tiene nombre lo que le hicieron, los sacó por poco de la villa; y ahora hacen yunta y le arruinan la vida. Y ahora… Otro muerto más!!! Bueno, por lo menos ya no sufre.
Mihail quedó mudo, se dijo, que vida de mierda, ¡pobre pibe!, una madre asÃ, distraÃda, sin familia, asmático, con leucemia, y ese bendito infarto demasiado intenso para una criatura. Bueno, malos 22 para el chico. Pensó en su vida, era mejor; bueno, de hecho tenÃa una vida. Pensó en su madre, que lo llamaba todos los dÃas. En su ex mujer, que estarÃa cuidando a sus hijos, Franco de 11 años, Lorena de 7. En su padre muerto hace tanto, de un cáncer laringeo, que lo dejó mudo 15 años. ¡Pobre pibe! ¿qué serÃa eso de los órganos congelados? Los pensamientos lo invadÃan, mezclados, rápidos.
Caminó a su camita, pensó que era una buena noche para salir, hacÃa dÃas que estaba en la morgue. Bueno, se bañó, tenÃa sueño, –mejor me acuesto y salgo mañana, pensó. Se durmió y soñó, que Juan Cruz, se miraba en un enorme espejo, asÃ, con el cuerpo todo abierto, miraba el espejo y decÃa – Hola soy Juan Cruz y vos? El espejo le contestaba –Doctor My-Jail Body.
Se puede copular con la ignominia y morir en los brazos de un infartante instante. Se puede copular con la piel, gritando un enrojecido abrazo, donde la alergia se disfraza de alegrÃa, pruriginosa falta de caricia que lleva a rascarse. Se puede copular con la sangre de los muertos, mortal abrazo leucémico. Se puede copular con el odio, la bronca, placer bronquial, asma que mama, amas-A, amas-A-mamá y el abandono se hace asfixia. Se puede copula con el hijo, insultando la palabra elijo para hacerlo pro-lijos, antes del hijo, antes del antes, obsesión de posesión, completud. Se puede abominar la sexualidad, rechazar el goce del cuerpo. Se puede copular con las palabras, hacer que en el vacÃo fluya un goce inefable, desprendido, de orificios y detumescencias. Hacer posible lo imposible, romper los mandatos de muerte pre-matura. Ir más allá de la madre. Ir más allá del padre.
Dice Lacan Psicoanálisis y Medicina
Si el inconsciente es lo que es, no una cosa monótona sino, en cambio, una cerradura lo más precisa posible, cuyo manejo no es otro que abrirla al revés con una clave–llave, que está más allá de una cifra, esa abertura sólo puede servir al sujeto en su demanda de saber. Lo inesperado, es que el sujeto confiese él mismo su verdad y que la confiese sin saberlo.
Y continúa:
…si era excepcional el caso en que el hombre hasta aquà proferÃa si tu ojo te escandaliza arráncalo, que dirán ustedes del slogan ¿si tu ojo se vende bien, dónalo? ¿ en nombre de que tendrán que hablar, sino precisamente de esa dimensión del goce de su cuerpo y de lo que él ordena de participación a todo lo tocante a él en el mundo?
Termino junto con el poeta.
Conduce carro y arado sobre los huesos de los muertos.
William Blake.